Permite observar críticamente la realidad social, así como también levantar propuestas de mejora a situaciones reales, incorporando el trabajo activo, vivencial, reflexivo y teórico. Desarrollando el concepto de ciudadanía activa, transformadora y responsable socialmente, que valore las singularidades culturales, de manera de avanzar hacia una sociedad que respete las diferencias, el derecho a la identidad y el desarrollo de una cultura global y sustentable. Además, está orientada a desarrollar la creatividad, la iniciativa y aquellas habilidades que están a la base del desarrollo del pensamiento crítico, como medio para satisfacer las necesidades e inquietudes personales y colectivas, contribuyendo al desarrollo de aprendizajes transversales a la formación profesional, que son parte del sello institucional: comunicación, liderazgo, trabajo en equipo, resolución de problemas, responsabilidad social y autorregulación del aprendizaje.